David Merchán Luthier | BIOGRAFÍA Y CONSEJOS
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BIOGRAFÍA Y CONSEJOS

Pasión y dedicación
BIOGRAFÍA

Desde muy pequeño, mi vida ha estado siempre muy ligada a la Música. Mi abuelo, Félix Sánchez-Jara era violinista aficionado y nos inculcó a toda la familia su pasión por la Música, primero a mi madre y después a mis hermanos y a mí.

Nací en Salamanca en 1975 y a los 7 años comencé a estudiar violín con la pedagoga Consolación Muñoz Ledo, terminando mis estudios años más tarde, en 1997.

Después de varios años como profesor de violín en diversos conservatorios profesionales de Música en Castilla y León, en el año 2000 decido irme a estudiar a Italia en la “Scuola Internazionale di liuteria A. Stradivari” de Cremona, donde me diplomé bajo la guía de la prestigiosa maestra Wanna Zambelli.

Así mismo, asisto a diversos cursos en Lombardia sobre acústica, arquetería y montaje de los instrumentos, profundizando los conocimientos adquiridos en la escuela de luthería.

Pocas semanas después me traslado a Londres donde tendré la fortuna de poder trabajar en dos talleres de prestigio como Phelps y Bridgewood & Neitzert, teniendo la oportunidad de reparar y restaurar todo tipo de instrumentos como violines, violas, chelos, contrabajos clásicos y de jazz, instrumentos barrocos y entre ellos grandes autores como Nicoló Amati, Gagliano, Thir, Grancino, Gofriler, Storioni, Degani, etc.

Al mismo tiempo, estudio durante tres años cursos sobre construcción, reparación y restauro de guitarras en el Merton College, en el sur de Londres. Por fin a inicios de 2009 llego a Valencia, ciudad con gran tradición musical, en la cual realizo mi labor como luthier.

No puedo dejar en el tintero una referencia a la gran pasión que siento por un violinista irrepetible que siempre me ha fascinado, el grandioso David Oistrach.

CONSEJOS
  • Mantener el instrumento fuera de la luz directa del sol
  • Cambios bruscos de temperatura y humedad pueden provocar grietas. Evitar estos cambios bruscos. Lo ideal es tener una humedad ambiental entorno al 40-50%.
  • Usar un humidificador dampit en zonas con mucho calor y regiones secas. Cada día humedecerlo durante 20 segundos, escurrirlo y ponerlo de nuevo en el instrumento.
    Hacerlo dos veces al día si la temperatura fuera es bajo cero.
    Si no se hace todo esto las probabilidades de roturas y zonas abiertas aumentan.
  • No dejar el instrumento cerca de radiadores o fuentes de calor
  • No dejar JAMÁS el instrumento en el maletero del coche o en el coche bajo el sol o duros días de invierno. Con mucho calor el barniz podría reblandecerse e incluso pegarse al estuche.
  • Por las mismas razones no dejarlo en un coche aparcado por razones de seguridad. La mayoría de las compañías aseguradoras no se hacen cargo de robos de instrumentos dejados en un vehículo.
  • Evitar siempre tocar el barniz con las manos. Las huellas de los dedos pueden dejar marcas permanentes.
  • No dejar nunca un instrumento sobre una superficie dura que puede provocar arañazos o desperfectos en el barniz.
  • Limpiar la resina con una gamuza sobre la tapa cada vez que guardemos el instrumento después de tocar, al igual que el resto del instrumento, debido al sudor dejado por las manos, especialmente en el aro superior derecho.
  • Limpiar las cuerdas también después de tocar. Con mucho cuidado se puede usar alcohol.
  • Para una limpieza general más profunda es mejor dejarlo en manos de un profesional que usará los productos más adecuados que no dañen el barniz.

Llevar lo antes posible el instrumento a tu luthier de confianza en cuanto veas alguna grieta o parte abierta. Si se deja pasar tiempo las grietas siempre irán a más y la reparación será más costosa.

  • El chelo y el contrabajo necesitarían un puente para el verano y otro para el invierno debido que los cambios de temperatura y humedad provoca que el instrumento se dilate y se encoja produciendo un cambio en la altura de las cuerdas, fundamentalmente en los contrabajos.
  • Se debe mantener siempre la perpendicularidad de la parte trasera del puente (parte hacia el cordal) y la tapa.
  • Afinando el instrumento el puente tiende a inclinarse hacia el batidor, perdiéndose esta perpendicularidad y con el paso del tiempo el puente se doblará e incluso se romperá.
  • Lubricar con lápiz los canales de las cuerdas ayuda notablemente a reducir la fricción de las cuerdas y minimiza el empuje del puente hacia delante.

El alma tiene una influencia decisiva en la calidad, potencia y proyección del sonido del instrumento. Un alma con demasiada o con poca tensión reducirá las posibilidades del instrumento así como un alma mal ajustada a tapa y fondo.
Al igual que el puente, en instrumentos grandes tales como chelo y contrabajo, necesitarían dos almas, una para verano y otra para invierno.

Con el uso del instrumento el batidor se desgasta y provoca surcos e irregularidades en la superficie provocando ruidos extraños al rozar las cuerdas. En ese caso conviene rectificarlo y si ha perdido ya mucho espesor por antiguas rectificaciones conviene cambiarlo.
Por otro lado las cuerdas deben ajustarse perfectamente a los canales de la cejilla, de no ser así puede provocar también ruidos e incluso dañar gravemente las cuerdas.

Las cuerdas han de cambiarse al menos una vez al año, pero obviamente varía dependiendo cuanto se toque el instrumento.

Un clima caliente y húmedo provoca que las clavijas se endurezcan enormemente provocando una gran dureza y dificultad al afinar. En ese caso se pondrá un poco de pasta especial para conseguir la suavidad necesaria para afinar.
En cambio un clima frío y seco hace que las clavijas resbalen, en ese caso usaremos un poco de tiza.